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Historia de los hoteles, tiendas y comercios de Albarracín

Historia de los hoteles, tiendas y comercios de Albarracín

Hasta1957, fecha en la que se comienza a construir por el ayuntamiento de Albarracín el Hotel Azagra, hoy Hotel Albarracín, sólo había en Albarracín un lugar para hospedarse: La Fonda El Gallo fundada en 1945, que en la actualidad se ha convertido en Hotel de 2 estrellas.

Las tiendas o establecimientos de ultramarinos en estos tiempos sólo estaban dedicados al suministro de alimentos y enseres para uso de los habitantes de la ciudad, ubicándose tres en la zona alta, tres en el barrio de Jesús y uno en el arrabal.

Estos establecimientos hasta los años 70 del siglo pasado, se complementaban con hasta cinco carnicerías, dos panaderías, una pastelería, tres estancos, una pescadería, una licorería y una gasolinera.

Con el auge del turismo, que se puede fechar a fines de 1960 y principios de los 70, comienzan a surgir bares, restaurantes, hoteles y tiendas de regalos, a la vez que se reforman los antiguos establecimientos para acomodarse a los nuevos tiempos y nuevos clientes. Es en este momento cuando surgen, en gran medida, los apartamentos para acoger fundamentalmente al turismo familiar de verano, que coloquialmente se denominaba de “veraneantes”. Lo que ahora llamamos Apartamentos de Uso Turístico o en ocasiones Casas de Turismo Rural.

A finales de los años de 1980 se ve la necesidad de mejorar las infraestructuras hoteleras ante las nuevas tendencias del turismo, surgiendo los hotelitos con encanto, construidos dentro del Conjunto Histórico, aprovechando casas de mediano tamaño y conservando la autenticidad de las construcciones tradicionales. El primero fue “La Casa de Santiago”, a la que siguen “La Posada del Adarve”, “La Casona del Ajimez”, “Casa del Tío Americano” y un largo etc., que se complementa con las reformas de los hoteles de los años anteriores, como: Hotel Albarracín, Hotel Arabia, Hotel Olimpia, Fonda El Gallo …, que fueron los pioneros. Desde los años 90 hasta la actualidad, siguen el ejemplo los pequeños hoteles con encanto: “La Casa de Oria”, “La Casa del Abuelo” y “El Caserón de la Fuente”, que mantienen la estructura de los edificios antiguos para acomodarlos a su nuevo uso. Otros más modernos vendrán después como; “Los Palacios”, “Doña Blanca”, “Prado del Navazo”, “Hotel Valdevécar” y “Hotel Atiana”, sin olvidar la multitud de apartamentos nuevos de uso turístico, entre los que sobresale el complejo de “La Casa Grande”. El resto de establecimientos y apartamentos, incluido el Camping “Ciudad de Alabbarcín”, por su gran número, no caben en este espacio, pero los pueden consultar en el apartado…., que permiten pernoctar en la actualidad en Albarracín hasta 3.000 personas por día.

Las tiendas dedicadas a alimentación, ferretería y demás enseres, ante la proximidad de los grandes centros comerciales instalados en la ciudad de Teruel, han ido desapareciendo desde finales de los años 70, quedando en la actualidad sólo dos pequeños supermercados en el arrabal, dos panaderías, una pastelería, una carnicería, una charcutería y dos estancos.

Las tiendas de regalos o de “souvenir” (como se les llamaba en los años 70), se han transformado en tiendas de productos de regalo o recuerdo, ampliando su oferta a productos de alimentación fabricados en la zona, como: embutidos de caza (ciervo, jabalí, corzo…), jamón de D.O.Teruel, quesos de Rodenas y de Albarracín,….

Como artesanía propiamente dicha y realizada en Albarracín, queda sólo el taller de cerámica “Arce”, y los herreros de “Arteforja”.

 

Autor: Octavio Collado Villalba

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