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Indumentaria Tradicional

Sierra de Albarracín

La indumentaria tradicional de la Sierra de Albarracín que predominó en el siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, y que ha marcado las características de la indumentaria folclórica, dependía entre otras cosas, de los materiales originales que existían en cada zona y que se aprovechaban para su confección.

A pesar de ello, hay ciertos elementos que pueden influir en la caracterización de los trajes típicos, aunque no son determinantes, según opinan diversos estudiosos. En este caso, las bajas temperaturas invernales de la Sierra de Albarracín, cuya altitud media se aproxima a los 1.000 metros sobre el nivel del mar, y los paisajes de una sierra abrupta, han podido establecer el uso de algunas determinadas prendas en esta serranía.

El profesor sostiene que la dureza del clima se resolvía con un buen mantón o una bufanda, pero no con un diseño definido de los trajes. Esta circunstancia, sin embargo, si se aprecia en la utilización de ciertos materiales, como las suelas de madera de los zapatos, o en las telas gruesas para confeccionar los trajes.

No obstante, hay algunas prendas muy características como las adornadas blusas varoniles decimonónicas, que son un curioso ejemplo de la transformación de un atuendo nacido en el sector de los tratantes de ganado, y que se magnifica con telas ricas y colores vistosos para convertirse en vestido de fiesta y ceremonia.

Al igual que ocurre con la climatología, la geografía de la Sierra de Albarracín, en el límite de Cuenca, ha marcado una serie de influencias de otras provincias que se han mantenido intactas a los largo de la historia, incluso ha habido prolongaciones de una tierra a otra, permitiendo la introducción de otras costumbres y por supuesto de ciertos elementos de la indumentaria Tela de Cordellate.

Todo esto hace definir un traje en la Sierra de Albarracín con ciertas variaciones:

Las mujeres usaban zapatos de tela o de piel de cabra, abiertos, medias, caladas o no, de estambre azul o de algodón blanco, saya relativamente corta, delantal pequeño, jubón de manga estrecha, pañuelo al cuello y mantellina de telas ricas o de franela, según la estación y las ocasiones.

El hombre calzaba alpargata abierta, y en lugar de calcetines usaban piuques blancos calcillas azules. El resto de su vestimenta se completaba con un calzón de cordellate de la tierra, chaleco de pana negra, capa de cordellate o manta o pañuelo a la cabeza, con sombrero o sin él, y en el caso de que lo usara, era de fieltro, copa baja y ala ancha. La faja que usaba (de estambre y muy excepcionalmente de seda) era por lo general azul o morada y la chaqueta se sustituía a veces por la blusa. La capa, el sombrero y la chaqueta eran ropas de ceremonia y durante las faenas, para ir por casa o salir al campo se iba en mangas de camisa o «a forro».

Las mujeres llevaban sayas ajustadas a la cintura, plisadas o con cuello, y un mantón de merino cruzado y sujeto a la cintura. Los hombres calzones muy ceñidos sin marinetas ni borlas colgantes, atado bajo la rodilla, chaleco cruzado de cuello alto y chaqueta corta y ajustada de colores oscuros.

Por su parte, Purificación Atrián, antigua directora del Museo Provincial de Teruel, diferencia sustancialmente los trajes femeninos de los días festivos y laborables, según la colección permanente que muestran las vitrinas del Museo.

Para los últimos destaca la tela de «cordellate», de lana cruda, que se confeccionaba en el lugar, y con la que se hacían las sayas de pastora, para protegerse del frío y de la lluvia. Atrián asegura que estas sayas «podían ser lisas, aunque con realda o adornadas con una faja de otro color, a veces recortada, que se cosía junto al borde inferior». Es de destacar la utilización de la «tela de cordellate», confeccionada en la comarca, en un buen número de prendas masculinas o femeninas, y no sólo en los trajes de faena, sino también en la indumentaria festiva.

En este último caso, el cordellate se usaba para realizar refajos y faldas bajeras, sobre las que se disponía una saya y un delantal, de color azul con finas rayas verticales blancas. Sobre el torso se vestían con una chambra de algodón que llevaba en ocasiones bordados como adorno en las bocamangas. Un gran pañuelo de lana, cruzado por delante, al que se superponía una toquilla protegía del frío a la mujer junto con un pañuelo de menor tamaño y colorido más vivo que le cubría la cabeza.

San Antonio Abad

17 de enero

San Antón, patrón de los animales, se celebra con la bendición de éstos. Era costumbre bendecir un lechón que se soltaba por las calles; obligación de todos era darle de comer y recogerlo en su cochinera por la noche. Sobre la fecha del sacrificio y el beneficio de éste varían los datos recogidos. Por la noche se encienden hogueras en todos los barrios de la Ciudad, con leña que han recogido los jóvenes de la ribera del río y donaciones particulares. La gente se reúne alrededor de la hoguera, en la que se asan patatas, «somarro», morro de cerdo,… Estaba muy arraigado el hecho de que cada uno se calentase y asase sus viandas en la hoguera de su barrio; el saltarse la norma era castigado con palos hasta hace bien poco.

En la actualidad, el viajero puede acercarse a cualquier hoguera de los diversos barrios, para asarse su carne u otras viandas. Las gentes de Albarracín suelen ser muy amables con los visitantes y por lo general, les ofrecen parte de su comida y un buen trago de la bota de vino.

La hoguera más grande y concurrida por los albarracinenses es la que se hace en el llano del Arrabal, llegando a superar sus llamas los 10 metros de altura  en su máximo esplendor, mientras que la más concurrida por los foráneos es la de la plaza Mayor.

Por motivos relacionados con el calendario laboral, ya no se hacen las hogueras el día de San Antón, trasladándose esta tradición al sábado más próximo al día 17 de enero.

Los Mayos

30 de abril

La fiesta de los Mayos todavía podía verse casi en total pureza hace veinte años. Hoy se ha convertido en una congregación de los más diversos tipos de gentes, con el fin de divertirse; hasta el punto de que podemos hablar de una actuación para los visitantes.

Era una celebración privada, de cuadrillas, que cantaban a las «mozas» del lugar, con coplas que adornaban el cuerpo a la vez que lo describían. El día 30 de abril los «mozos» se reunían en una casa o taberna, donde merendaban platos fuertes; tras la merienda, se procedía a la subasta de las «mayas», consistente en pujar por la maya elegida. A quien más dinero pujaba, se le adjudicaba. En la subasta también entraba la Virgen María. Precisamente con el canto de los “Mayos” a Ella en el portal de alguna iglesia comenzaba la fiesta. Las coplas de los «Mayos» se introducen por medio de una jota, acompañada de guitarras y bandurrias, a continuación un número variable de estrofas (según el cantor y cuadrilla) y se termina con una jota de despedida. No cabe la grosería dentro de los «Mayos» ya que las estrofas son las mismas para la Virgen que para las «mozas», pero alguna vez se han cantado para castigar a aquella «maya» que no aceptó a su «mayo» o que no dio la docena de huevos obligada. Recogemos dos de las estrofas más bonitas:

«No hay pluma que sirva,

ni pintor, poeta,

ni pincel que copie,

tu gentil belleza”

(Con el estribillo a coro)

“ni pincel que copie

tu gentil belleza.»

«Esos son tus ojos

luceros del alba,

que cuando los abres

la noche se aclara.»

+ 8

Los Mayos de Albarracín. Versión cantada por Celia Sáez en 1976.

1

Ya estamos a treinta
del abril cumplio
alégrate, dama,
que mayo ha venido.

Si mayo ha venido,
bienvenido, sea,
regando cañadas,
casando doncellas.

El mayo me ha dicho
que pida licencia
para dibujarte,
de pies a cabeza.

Como no contestas,
ni nos dices nada,
señal que tendremos
la licencia dada.

Esa es tu cabeza,
tan rechiquitita
que en ella se forma
y una margarita.

2

Ese es tu pelo,
madejita de oro,
que cuando lo peinas
se te enreda todo.

Esa es tu frente,
frente de batalla,
donde el rey Cupido,
presentó sus armas.

Esas son tus cejas,
un poquito arquiadas,
son arcos del cielo
y el cielo es tu cara.

Esa es tu nariz,
puntita de espada,
que a los corazones
sin sentir los pasa.

Y esas tus orejas
que cuelgan pendientes,
parecen campanas
“pa” llamar la gente.

3

Esos son tus labios,
son dos picaportes,
que cuando los abres,
no se oye ni un golpe.

Esa es tu boca,
tan recolorada,
de dientes menudos
y lengua encarnada.

Esa es tu garganta,
tan pura y tan bella,
que el agua que bebes
toda se clarea.

Esos son tus hombros,
son dos escaleras,
“pa” subir al cielo
y bajar por ellas.

Esos son tus brazos,
parecen dos remos,
que con ellos guías
a los marineros.

4

Esas son tus manos,
tan maravillosas,
que todo que tocas
se convierte en rosas.

Tu cintura un junco,
es un junco al río,
todos van a verlo,
cuando está florido.

Esa es tu tripa
que parece un bombo
que cuando la tocas
se retumba todo.

Ya  vamos llegando
y a partes secretas
donde yo no puedo
dar razones ciertas.

Esos son tus muslos
de oro macizo,
donde se sostiene
todo el edificio.

5

Esas son tus piernas,
tan bien accionadas,
por arriba gordas,
por abajo delgadas.

Esos son tus pies,
de paso menudo,
con ese pasito,
encantas al mundo.

Zapatito blanco
y media encarnada
pequeña es la niña,
pero muy salada.

Ya te hemos cantado
todas tus facciones
sólo falta el Mayo
que te las adorna.

Corpus Christi

60 días después del Domingo de Resurrección
mayo o junio

La solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo tiene por  finalidad proclamar la presencia real de Jesucristo en el Santísimo Sacramento, dándole públicamente el culto de adoración. Específicamente, el Corpus Christi es el jueves que sigue al noveno domingo después de la primera luna llena de primavera del hemisferio norte. En el caso de Albarracín, ha sido trasladada al domingo siguiente, para adaptarse al calendario laboral.

Antiguamente, y hasta hace unos 50 años, todavía participaban las cofradías y gremios de la ciudad con la presencia de todo el Cabildo catedralicio y los párrocos y beneficiados de todas las parroquias, siendo todo un espectáculo el ondeo de banderas y estandartes.

En la actualidad, y siguiendo una tradición centenaria, durante el transcurso de la procesión del Corpus se instala un altar portátil en el lugar en que se ubicaba la Puerta de Hierro (sin que la mayor parte de los albarracinenses sepa este motivo). Las recientes investigaciones arqueológicas nos han ayudado a entender porqué se coloca este altar en este punto, que no tiene otro significado que hacerlo coincidir con la entrada a la Ciudad por la puerta de Hierro.

Esta puerta debió de servir de entrada principal y única de la ciudad reconstruida y ampliada por Hudail Ibn Razín (s. XI). Pensamos que tuvo un papel de importancia superior al de los otros portales, pues todavía en el s. XVIII se daba en esta puerta la bienvenida al nuevo Prelado que venía a tomar posesión de la diócesis.

En el cruce de la calle del Chorro con la calle Azagra podemos ver una cruz de madera sobre el farol, que recuerda el asesinato de un sacerdote durante la procesión del Corpus Christi. Como consecuencia del crimen, el pueblo borró la mitad del escudo del caserón que hoy pertenece a la Cooperativa Católica del Campo.

En la actualidad sólo participa la cofradía del Santísimo Cristo de la Vega, acompañada por los niños que han recibido en el año la primera comunión y la corporación municipal bajo mazas, que rinde honores a la Hostia Consagrada, con un singular cruce de filas. Merece la pena observar el traje histórico de origen Borbón de los maceros de la Ciudad, con sus medias casullas con el escudo de la Ciudad y sus birretes con pluma de avestruz.

La Virgen del Carmen

4 al 16 de julio

La procesión de la Virgen del Carmen comienza en la iglesia de Santiago, para bajar a la Plaza Mayor de donde se parte hacia el Portal de Molina; antes pararemos en la placeta de la Comunidad, que está adornada en esta ocasión para recoger en su centro a la imagen de la Virgen y efectuar allí un breve rezo. La procesión continúa calle arriba, pasa el Portal de Molina y descansa ante la fuente, en la confluencia de calles, donde los habitantes del barrio del Portal preparan un altar para guardar la imagen, mientras sacerdote y acompañantes rezan. Seguiremos después por la calle de la Virgen del Carmen, que comienza en un arco de hiedra construido expresamente para este día y en el que se puede leer «Viva la Virgen del Carmen». Sin detenernos hasta llegar a la ermita, la procesión continúa su caminar ascendente que pronto abandona la calle empedrada para proseguir por un camino de tierra que en tiempos se llamó camino de Molina de Aragón, de Torres, de la Sierra y actualmente de la Virgen del Carmen. Mientras la procesión asciende, las campanas de la Iglesia de Santiago y de la ermita tañen o voltean y los peregrinos cantan y rezan a intervalos.

Un poco más arriba hay un “peirón” casi en ruinas, donde los caminantes depositan lajas de piedra (costumbre pagana romana), en señal de ofrenda mientras se reza un Padre Nuestro o un Ave María; este acto no suele hacerse el día de la Virgen del Carmen, sino cualquier otro día, cuando alguien emprendía un viaje a pie por esta zona o simplemente llega hasta aquí para rezar en el atrio de la ermita.

Estamos ya al final del recorrido, atrás quedan la ciudad y el sonido de las campanas de Santiago, para comenzar a oír con claridad las de la ermita que anuncian la llegada de la procesión al Templo. La imagen de la Virgen entra, como el sacerdote y todos los peregrinos que puedan, ya que la ermita es muy pequeña; a falta de unas oraciones, la ceremonia se da por acabada. Se guardará aquí la Virgen durante todo el año hasta que unos días antes de la próxima procesión, la “santera” de turno o cofrade y sus acompañantes, bajen la imagen de nuevo a la iglesia de Santiago para que se reproduzca el acto otro año más.

Fiestas Patronales

8 y 14 de septiembre

Albarracín celebra a su «Patrona» Santa María el día 8 de septiembre y a su «Patrón» El Cristo de la Vega el día 14 de septiembre, uniendo casi las dos festividades.

Las fiestas de Albarracín tienen fama de ser las mejores de toda la comarca y a ellas vienen casi la totalidad de los serranos. Se componen de verbenas nocturnas con conjuntos musicales de calidad media y alta, conciertos, pasacalles, charangas, novilladas, «cabezudos» acompañados por dulzainas… Albarracín cambia de color, ya que su Plaza Mayor se cierra con troncos de pinos y su suelo se cubre de arena para el festejo taurino; con ello, parece todavía más que estamos en una Ciudad medieval. Por su calidad son recomendables a aquel que guste de trasnochar y, sobre todo, de correr los toros, pues Albarracín posee uno de los «encierros» más peligrosos de España, al soltarse los toros en calles estrechas, todas ellas en pendiente hasta llegar a la Plaza.

El día 7 de septiembre (víspera de la patrona) suele ser un día de verbena en la plaza Mayor; el día 8 (la patrona) un día de espectáculo un poco más serio.

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Antiguamente se celebraba la subasta del cerramiento de la plaza con troncos de pinos, la extensión de la arena para el festejo taurino, (que normalmente recaía en los mozos de la localidad), la salida de los cabezudos (en la que pujaban adolescentes y mozos) y los palcos o entablados que se ubican entre los arcos del ayuntamiento.

Hoy, por la complejidad del cierre de la plaza para los festejos taurino y el montaje de gradas, no se puede subastar, pero merece la pena asistir a la puja y subasta por su peculiaridad.

El día 13 (vísperas del patrón) suele hacerse una verbena popular, lo mismo que el 14 (día del patrón); al finalizar ésta, sobre las 5 o 6 de la madrugada, se extienden las arenas para convertir la plaza en una plaza de toros un tanto peculiar. Para ello se tiran unos cientos de cohetes borrachos, que ayudan a que los mozos extiendan la arena.

Normalmente, sobre las 0,00 horas, las peñas vestidas de blanco, con pañuelos y fajas rojas o verdes vienen a la plaza Mayor, acompañadas de la charanga, para escuchar el chupinazo y dar por iniciadas las fiestas. Hay que decir a las personas que busquen tranquilidad en Albarracín, que se abstengan de visitarnos del 13 al 17 de septiembre.

Los días 15, 16 y 17 son días de desenfreno, con encierros de novillos y becerros, charangas, verbenas y multitud de gente en la calle celebrando sus fiestas, que en la mayor parte de las ocasiones tienen por referencia la plaza Mayor.

Semana Santa

La  Semana Santa  de Albarracín   se engloba  dentro  las Semanas Santas Aragonesas, caracterizada por su sobriedad, austeridad y el silencio respetuoso en sus procesiones, únicamente interrumpido por los tambores y bombos. El comienzo de la Semana Santa en un principio, está marcado por la Cuaresma, que empieza 40 días antes del Domingo de Resurrección y finaliza el Domingo de Ramos. Es en este día es cuando comienza oficialmente la Semana Santa, que finaliza en el Domingo de Pascua.

Entre las diferentes actuaciones que se desarrollan en esos días, más allá de las puramente religiosas, se celebran 2 días convivencia en alguno de los municipios que pertenecen a la ruta del tambor y el bombo de las comarcas de la Sierra de Albarracín y la zona del Jiloca, con lo que son unas fechas de convivencia y muy concurridas.

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El Jueves Santo se hace la procesión desde la Iglesia de  Santa María recorriendo las calles del conjunto histórico con Tambores, bombos con el toque de exhibición en la Plaza Mayor.

El Viernes Santo los componentes del Tambor y el Bombo rompen al hora a las 12.00 del mediodía, este acto comprende determinados toques del tambor y el bombo, suelen acompañar, otras asociaciones de la provincia de Teruel. Por la tarde se hace la procesión del Vía Crucis desde La Iglesia de Santa María.

El Sábado de Vigilia por la noche, en la Catedral del Salvador, se realiza el toque de Gloria por la Asociación Tambores y Bombos de Albarracín.

El Domingo Santo, celebración en la Iglesia de Santiago de la Pascua del Señor.

El Yeso Rojo

En Albarracín se encuentra la única producción  de yeso tradicional. La fabricación se realiza de un modo artesano con piedras locales, dando lugar a un producto de color rojo asalmonado. Los revestimientos realizados con este material tienen un comportamiento satisfactorio tanto en la puesta en obra como en la durabilidad, siendo el material especialmente adecuado para obras de restauración de paramentos de yeso.

Los yesos se formaron a partir de la evaporación de pequeños lagos someros en llanuras mareales, muy afectados geología resulta un paisaje de bancos calcáreos competentes sobre los que se asienta la ciudad y unos terrenos más blandos en los arrabales: arenas, arcillas, margas y yesos. Todo en masas relativamente desordenadas de colores gris y rojo.

La recuperación del yeso tradicional

Para la rehabilitación en el conjunto histórico de Albarracín, se realiza mediante la experiencia de construir un horno tradicional de yeso para la obtención del material necesario para la obra. Se llevaba elaborando artesanalmente pero con la industrialización se estaba perdiendo, así que la familia de Antonio Meda fabricó yeso de un modo artesano hasta la década de 1960, en la que el yeso industrial, procedente de Teruel, se impuso entre los albañiles de Albarracín.

En los años 90  se impulsaron varias escuelas taller, y  tuvo éxito, se restauró con un material muy parecido al original, completamente compatible y sin problemas ni de ejecución ni de fisuración. La Diputación General de Aragón decide apoyar la aplicación de este material tradicional en las fachadas de los edificios en rehabilitación, subvencionando el 100% del coste del material, creyendo en la importancia de mantener la tonalidad rojo-salmón predominante en la mayoría de los edificios.

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Las particularidades geológicas de los depósitos de yeso en esta comarca hacen que se den dos variedades de piedra de yeso, una gris y otra roja, empleándose ambas a la vez para la fabricación de yeso. Existen, pues, dos productos diferentes, un yeso rojo, de tono asalmonado, fabricado mediante la mezcla de piedras grises y rojas y un yeso llamado blanco o azulete, de tonalidades ocres suaves.

Desde 1999 se subvencionan los costes de ambos tipos de yeso para obras de restauración en Albarracín. Además de en paramentos el yeso azulete se emplea en algunas ocasiones en bóvedas y escaleras.

Materiales y Proceso de fabricación

Para fabricar el yeso rojo se emplean los dos tipos de piedra de yeso que afloran en las canteras próximas a Albarracín, piedras gris oscuro bandeadas de arcillas.

Ambos yesos tienen además impurezas de sílice, tanto amorfa (sólo reconocible mediante microanálisis) como cristalizada, en forma de jacintos de Compostela. Con piedras semielípticas de unos treinta centímetros de diámetro mayor se conforma una bóveda sobre unos soportes de piedra arenisca y se deshidrata el yeso mediante la aplicación de un fuego continuo durante 18 horas. Las piedras rojas tienen una presencia en el horno menor que las de color gris, y se colocan en los lugares donde el fuego tarda más en llegar. El óxido de hierro actúa como un agente que baja el punto de transformación de las fases. De un modo intuitivo, en la fabricación tradicional se sabe que se precisa menor energía para deshidratar por completo las piedras rojas que las grises. Tras la cocción tiene lugar una molienda, mediante la cual se mezclan todos los materiales, y un cribado somero, ensacándose el producto resultante llegando con una granulometría continua que va desde los tamaños muy finos (menores de 63 µm) hasta partículas de 4 mm. Sus propiedades hídricas también son interesantes, un coeficiente de absorción del entorno del 20% le sitúan entre los productos de yeso con mejor respuesta ante el agua. En líneas generales se puede decir que el yeso artesano elaborado actualmente de Albarracín es un producto adecuado para las tareas de restauración de paramentos antiguos de yeso tradicional al exterior, siendo Albarracín un ejemplo actual de aplicación práctica

 De esta forma se consigue mantener todas sus propiedades y cualidades que hacen de este material un producto de enorme riqueza arquitectónica en cuanto a dureza, elasticidad, impermeabilidad y ecología; además de un comportamiento mecánico a los cambios de temperatura para posteriormente su venta y distribución como un producto elaborado de forma artesanal.

Algunos testimonios vivos que avalan las virtudes del «Yeso Albarracín»  es la aplicación en la restauración de recientes en edificios de importante relevancia histórica y patrimonial al tratarse de la misma composición y mismo modo de elaboración artesana que el original, son:

– El palacio de La Aljafería en Zaragoza, actual sede de las cortes de Aragón.

– Las casas colgadas de Cuenca.

– La Alhambra de Granada.

– El Palacio del Papa Luna, en Illueca.

– El palacio Episcopal de Albarracín, premio Europa Nostra.